Durante parte de 2020 y todo el 2021, hemos desarrollado un total de
diez Planes Estratégicos de Gestión Hídrica (PEGH), licitados por la Dirección
General de Aguas (DGA), en un trabajo conjunto con Everis y la empresa AWUA, planificando
más de un 40% de las aguas de uso consuntivo de Chile. En cada uno de estos
proyectos abordamos la oferta y demanda actual de agua, establecimos un balance
hídrico y sus proyecciones al 2050, diagnosticamos el estado de información,
infraestructura e instituciones que toman decisiones respecto al recurso hídrico,
proponiendo una cartera de acciones para la DGA que, en actuación con terceros público-privados,
permitan suplir la demanda de agua y adaptación al cambio climático, con un portafolio
de iniciativas que aseguren su abastecimiento en cantidad y calidad.
Para esto, se trabajó en torno al concepto de Seguridad Hídrica,
materializado en tres ejes principales: la importancia del agua para bebida y
consumo humano; el cuidado de los ecosistemas y la importancia del recurso para
su existencia natural; junto con el resguardo de la capacidad productiva del país
de norte a sur.
Asimismo, se presentaron distintas soluciones según las necesidades y diagnósticos,
las que en algunos casos fueron basadas en infraestructura, como la construcción
de embalses, explotación de las aguas subterráneas mediante pozos,
revestimiento de canales y otras; también se fortaleció la necesidad de una
mejor gestión respecto a la forma de repartir el recurso; así como se abordaron
soluciones fundadas en la naturaleza, como por ejemplo el aprovechamiento de
embalses subterráneos, infiltrando en invierno para aprovecharlos en verano; y otras
de carácter combinado, siempre buscando medidas optimas, efectivas y
eficientes.
Sin embargo, para que estos planes sean efectivos es fundamental la participación
activa de los titulares de los derechos de aprovechamiento de agua, asociados
en comunidades y organizaciones de usuarios en cada una de las regiones, que
reclame y empuje la implementación de las propuestas explicitadas en los PEGH,
dado el hecho que son iniciativas de carácter indicativo y no vinculantes. Por lo
tanto, para que tengan un efecto real y no caigan en letra muerta en el papel,
se requiere del compromiso de las comunidades y una interacción permanente de
estas con actores público-privados.
La sequía es una situación real que ya lleva acumulado un periodo
extraordinario de más de 10 años en el país y las decisiones no pueden tomarse
en 50 años más. Hoy los PEGH existentes y los que aun están en lista de licitación,
ofrecen información muy potente y una tremenda oportunidad para volver a
replantear la designación del presupuesto del MOP y de otros ministerios hacia
los próximos 30 años, de forma que, en conjunto con los privados y agrupaciones
de usuarios, les permita avanzar en soluciones que impacten positivamente a más
del 60% de la población de Chile.
El Estado ha realizado un esfuerzo importante en trabajar a nivel
nacional sobre las principales cuencas de país, ahora será la tarea de los
usuarios hacer suyos estos informes y avanzar en la conformación de los
Consejos de Cuencas, que con una participación colectiva y representativa de
las diferentes actividades productivas, les permita programar y exigir a las
autoridades regionales un nuevo régimen de mediano y largo plazo sobre la gestión
del recurso, de manera de evitar su empeoramiento y sumar más situaciones
complejas a la realidad que ya afecta a las cuencas de Ligua-Petorca, Aconcagua
y el Choapa, entre otras.
Por Eugenio Celedón Cariola, gerente general de Hidro gestión.
Fuente: Revista Vertiente
4 de Febrero de 2022